Hace muchos años, en la Facultad de Filosofía y Humanidades, el actual decano, Bernardo Subercaseaux, inauguraba la Semana de las Letras chileno-bolivianas. En su discurso de bienvenida y apertura de las actividades; léase seminarios, charlas, mesas redondas, recitales de poesía y de todo aquello pertinente a la envergadura de la Jornada, Bernardo dijo que había estado leyendo el diario mural de los alumnos en el patio central y se había encontrado con un texto notabilísimo, digno de análisis semiótico, y que a él le parecía que además daba cuenta de la realidad chilena desde sus napas subterráneas. Y así debió ser, porque ya en este siglo XXI, a siete años del nuevo milenio, se empiezan a entender situaciones como las protagonizadas por wena Naty y Rosa Espinoza, entre muchos otros.
Dio entonces, Subercaseaux, en leer el famoso texto escrito entonces a máquina, el que había quitado momentáneamente del diario mural de los estudiantes para compartirlo con nosotros los participantes y asistentes al Seminario. Se trataba nada más ni nada menos que el texto completo de la carta de Luchito al Viejito Pascuero.
El análisis que hizo está publicado por ahí, en alguna revista universitaria, que me encargaré de buscar en la Biblioteca Nacional para que se entienda desde la verdadera dimensión que el discurso semántico del texto posee.
Me pareció necesaria esta aclaración, en virtud de cierta capacidad de escándalo que puede haber producido en algunos lectores y visitantes de mi blog, la famosa, histórica y casi profética carta de Luchito al Viejo Pascuero en relación al estado de cosas que se estaba fraguando en una sociedad chilena pre fax, celular, computadores a gran escala, Internet and YouTube, off course.
La respuesta del Viejito Pascuero, la conocí recién el año pasado y la guardé hasta encontrar el momento y el lugar de incluirlas. Pienso que amerita una mirada sicológica, sociológica y política, no moralista ni fundamentalista ni prejuiciosa. Es mi modesta opinión que comparto con ustedes, amigos y amigas, ex amigos y ex amigas...
Dio entonces, Subercaseaux, en leer el famoso texto escrito entonces a máquina, el que había quitado momentáneamente del diario mural de los estudiantes para compartirlo con nosotros los participantes y asistentes al Seminario. Se trataba nada más ni nada menos que el texto completo de la carta de Luchito al Viejito Pascuero.
El análisis que hizo está publicado por ahí, en alguna revista universitaria, que me encargaré de buscar en la Biblioteca Nacional para que se entienda desde la verdadera dimensión que el discurso semántico del texto posee.
Me pareció necesaria esta aclaración, en virtud de cierta capacidad de escándalo que puede haber producido en algunos lectores y visitantes de mi blog, la famosa, histórica y casi profética carta de Luchito al Viejo Pascuero en relación al estado de cosas que se estaba fraguando en una sociedad chilena pre fax, celular, computadores a gran escala, Internet and YouTube, off course.
La respuesta del Viejito Pascuero, la conocí recién el año pasado y la guardé hasta encontrar el momento y el lugar de incluirlas. Pienso que amerita una mirada sicológica, sociológica y política, no moralista ni fundamentalista ni prejuiciosa. Es mi modesta opinión que comparto con ustedes, amigos y amigas, ex amigos y ex amigas...
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