jueves, septiembre 27, 2007

Les presento a Rodrigo Lira

En la fotografía aparece exactamente igual a como era cuando yo lo conocí. El poema que incluyo aquí, lo encontré entre carpetas y hojas escritas a máquina con tachaduras y correcciones manuales tan típicas suyas. Un atardecer de domingo, su madre me permitió revisar muchas cajas con lo que había guardado tras la muerte de Rodrigo para una antología de poesía chilena que entonces preparábamos con Lila Magritte y el Rey Lear. Me llevé dos, ya les presentaré el otro, si me lo piden.

Mis besos al cielo donde sin duda estás ahorita, Poeta.

LiraRealizó sus estudios en las Escuelas de Psicología, Filosofía y Artes de la Comunicación de la Universidad Católica y en la de Bellas Artes de la Universidad de Chile. Trabajó en el Departamento de Lingüística y Filología. Durante el gobierno de Salvador Allende escribió cuentos infantiles en la Editorial Quimantú. En 1971 se le diagnosticó una esquizofrenia que lo acompañó el resto de su vida. Algunos de sus textos aparecieron entre 1978 y 1984 en varias revistas. Todos ellos y otros más fueron recopilados en un único libro publicado póstumamente, Proyecto de Obras completas (1984) que realizó su gran amigo el poeta Eduardo Llanos. Considerado un manipulador del lenguaje más que un poeta, él mismo creó la terminología “metapoesía”, siguió el camino abierto anteriormente por poetas como Nicanor Parra y Enrique Lihn. Rodrigo Lira se suicidó el 26 de diciembre de 1981, dejándose desangrar en su bañera, el mismo día de su nacimiento, a la edad de treinta y dos años.


miércoles, septiembre 26, 2007

A propósito de musas y escaramusas del Holimpo

Un antiquísimo proverbio de las Islas Canarias
(lo que aún está sobre las Haguas de la Hantigua
Hatlántida)
reza “Más vale tomar un jet
Que atravesar el Hatlántico
nadando”.

Ese sabio refrán expresa y nos enseña
en Huna sola Phrase
una Hinmensa Kant-Hidad de Sabiduría
acumulada por el Trabajo Hesotérico

de Generaciones
de Hatlantes, pues
más vale correr el riesgo
de que el avión se caiga
al que te devore el Kraken
o te electrocuten las anguilas
o te mueras de sed en mitad del agua salada,
Graves Peligros que AMENAZAN SERIAMENTE
a quien Hintente Hatravesar Hel Hocéano Hatlántico
nadando.

Además, si uno no sabe nadar está cagado:
más vale que tome un Jumbo.
(y en materia de Jets o de Jumbos,
prefiera Air France, tojours
a votre service eh eh eh…!)

fe de erratas: donde dice
nadar está cagado:
debe leerse
nadar está cagado de antemano:

Del poeta chileno Rodrigo Lira (Santiago, 1949-1981)

lunes, septiembre 24, 2007

Concurso de cuentos y poemas breves

Amigos y visitantes de esta casa, extranjeros y chilenos que no viven en Chile, les anuncio que pueden participar en un interesante concurso.

Visiten la página siguiente y lo sabrán todo. Anímense y ¡SUERTE!

www.chileconmisojos.cl

viernes, septiembre 21, 2007

Príncipe de todos los colores


En el ir y venir de los espejos ¿a quién vemos cuando nos vemos?

El otro yo, el más profundo habitante de nosotros mismos, el hombre que late al fondo de la mujer, y la todopoderosa al fondo de un hombre. En qué momento nos completamos; cuándo saltamos en añicos y nos descubrimos en los brazos del otro, débiles y absolutos, los pedazos del rompecabezas.

Durante años perseguí al hombre ideal. Los innumerables príncipes azules que desfilaron por mi corazón terminaban invariable y rotundamente transformados de azul a negro o pasaban de castaño a oscuro.

Cuando cesó mi ansiedad, cuando estuve dispuesta a no buscar, apareció mi príncipe, demasiado azul, lleno de brillos que me encandilaron. Pero igual que en los cuentos de hadas, este príncipe, de acuerdo a las viejas reglas de la hechicería, había sido convertido en un sapo y no se le notaba la casta principal. Venía como un gato magullado, herido de guerra, tras innumerables escaramusas en las riberas más pantanosas del peligro.

¿Qué parte de mi hombre interno llenaba este príncipe-mendigo con sus ojos violentos, con ese odio tan grande por sí mismo y por la humanidad entera que cargaba en su espalda? ¿Qué tenía que ver conmigo este príncipe-rana del pantano? Por más que pasaba mi mano por su pelo y acariciaba su cabeza no podía encontrar el alfiler enterrado por el maleficio de la bruja para sacárselo y poder desencantarlo para siempre. ¿Qué podía significar para mí este príncipe-espectro que ocupaba todo su tiempo en librar codo a codo con la desesperación, oscuras batallas contra la muerte?

Decidí buscar la huella de mis sueños. Y allí te vi y me viste. Empezaba agosto de 1990. Desde entonces amamos juntos la vida como un bien inapreciable que permitió este encuentro; un pequeño préstamo del tiempo, una concesión del azar para que tú y yo estemos juntos en esto que nos queda de vida, y juguemos a sostenernos para no caer despeñados por los desfiladeros. Y así vamos, seguros y felices como si tuviéramos un pedazo luminoso de inmortalidad entre nuestras pobres manos polvorientas.

miércoles, septiembre 12, 2007

Yo tenía ¿cuatro? ¿cinco años?


En el dormitorio de mi madre en La Serena había una cómoda con un espejo redondo donde yo podía verme completa. Me encantaba bailar frente al espejo con mi vestido blanco en los tiempos en que me creía cisne. Jugaba a acercarme y alejarme, ensayar caras de miedo, de risa y de pena. Bailaba con el espejo abrazándome a su luna fría y cantaba. Danzaba en la pieza con los ojos fijos en el espejo. Todavía no habíamos leído la historia de Alicia al reverso del espejo, pero Lila me había prevenido acerca de sus misterios:
-No te mires tanto que puedes quedarte atrapada para siempre, o puedes pasar al otro lado y ya no te encontraríamos nunca; mi papá lloraría con mi mamá, y yo también porque no podríamos volver a jugar juntas.
Ella me contó que los espejos raptaban hacia adentro, entonces yo viviría el mundo al revés, donde todo lo que nos gusta, allí odiaríamos; los padres serían nuestros enemigos y que yo tendría que atender a la Rudi, nuestra empleada. Yo a Lilita le creía todas sus historias. Como ésa de los hombrecitos que vivían adentro de la radio por la que salían las voces que escuchábamos. Allí adentro vivían los jugadores de fútbol de esos partidos que mi papá escuchaba los domingos y los cantantes que mi madre escuchaba mientras se vestía y arreglaba el pelo para salir.
Decía Lila que eso le podía pasar a toda persona que se acercara mucho a los espejos. Sus palabras no dejaban de inquietarme, pero mi deseo de mirarme era tan fuerte que superaba el miedo de perderme para siempre al otro lado. Fue por esos tiempos que empecé a acercarme al espejo tentándolo para que se abriera.

miércoles, septiembre 05, 2007

EQUÍVOCO

Ya no sé
si lo oscuro es de esta noche,
del miedo que le tengo
al recuerdo de tus risas,
o si es tu ausencia solamente
el oscuro suceso de esta noche.