domingo, diciembre 30, 2007

El baile de los ahus


Hay una hora en que los ahus se ponen a bailar
-me dijo Mauricio Redolés-
cuando yo estaba a punto de despertar
de un sueño caliente de verano.
-Ah, no los conoces
nunca los has visto, siguió diciendo.

Como yo demoraba en responder
porque no recordaba ahus,
la palabra ahus,
Redolés me dijo:
-Tu memoria no recuerda en lo absoluto
pero ellos sí, porque te vieron bailar una noche
bajo la lluvia y la luna con tu vestido azul
justo frente a ellos en la playa de Anakena
y antes te habían visto, Teresa,
pero solo de pasada
en otro altar de otros dioses tutelares
en un tiempo ya olvidado
cuando no nacías a este mundo todavía.
Y ahora te están llamando.

Ya despierta repetí con la voz de Redolés:
Hay una hora en que los ahus se ponen a bailar.
No sucede a menudo pero sucede,
giran en su lugar de origen
y se alternan desordenando el orden
en un ritual de encuentro entre ellos mismos.

Desde sus ojos de piedra lanzan aullidos
en homenaje a las tribus muertas,
tanto ancestro en el eslabón perdido

Se miran de frente sin verse
pero pueden adivinarse,
al fin y al cabo sus intenciones son las mismas:
proteger a su pueblo sin descanso
hasta que el fin del misterio los devele.

Y eso ahora sí que los veo con mis ojos de piedra
sin poder moverme
porque aún no ha comenzado la hora en que los ahus
nos ponemos a bailar.

jueves, diciembre 27, 2007

domingo, diciembre 23, 2007

Carlos, yo te amaba



Esta mañana caliente de verano en el hemisferio sur tuve un encuentro -con el pasado que vuelve a encontrarse con mi vida, como dice el tango- gracias a un viaje instantáneo en la máquina ciberespacial que me llevó a España. Anduve un rato en la casa de Colombine, pero no pude encontrarlo. Sí pude encontrar un fragmento maravilloso de Rayuela y entonces recordé.
Colombine, gracias por eso. Aquí va un pedazo de esa historia.

Era a fines de los 70. Carlos y yo nos amábamos como sólo pueden amarse un par jóvenes de 19 y 22 años. Compartíamos algunas clases, el taller literario, el cine, el café, los amigos, la poesía, pero también la decepción por los tiempos que vivíamos, la dictadura y el soplonaje. Él, en Filosofía, yo, en Letras. Campus Oriente, glorioso. Yo en él, él en mí.

Una tarde partimos en el bus a Concón a pasar el fin de semana con unos amigos suyos. En algún momento, Carlos sacó de su mochila el libro Rayuela, lo abrió lentamente mirándome a los ojos y muy serio me dijo: "Tengo un regalo para ti". Ya había empezado a atardecer y los arreboles se dibujaban en el cielo como una pintura superpuesta a la realidad. Y con el libro abierto, mirándome a los ojos, Carlos fue diciendo de memoria el capítulo que ustedes ahora pueden oír en la propia voz de Julio, el cronopio adorable y mayor.

Compartimos los besos, las manos, las lágrimas, la risa; nos prodigamos el uno a la otra con frenesí. La química nos hacía estallar en los recintos más sagrados. Enloquecíamos creyendo entrar al paraíso.

¡Carlos, yo te amaba!

sábado, diciembre 22, 2007

El misterio de la vida


Alguien nace cada día
mes minuto segundo
en todo el mundo.
Y que esto suceda
es importante y necesario
pero nada extraordinario.

Lo verdaderamente milagroso
sucedió el 21 viernes de diciembre
del año dos mil siete en Santiago de Chile
cuando se asoma a la vida
el niño Antonio
hijo y nieto de lilas en flor.

jueves, diciembre 20, 2007

Nueva carta al senado de Chile

Señores senadores:

Mariano Ruiz Esquide, Alejandro Navarro, Andrés Chadwick, Carlos Cantero y Ricardo Núñez:

Lamento lo que se anuncia y que afecta a los derechos de autor. Un escritor malvive de ellos. Sin embargo hoy podemos ver una tentativa de despojo, una exacción. No quiero llamarlo latrocinio, porque imaginar que éste podría aplicarse mediante el sistema de fotocopias de originales escapa a mi idea de justicia. Quisiera rogarles que esta nota no la estimen como un largo lamento, ni una reconvención, sino una petición de justicia. Por favor, reconsideren. La situación es delicada y permite a universidades particulares evitar el cumplimiento de la norma relativa a la habilitación de sus bibliotecas. Respetuosamente,


Alfonso Calderón S.
Premio Nacional de Literatura

martes, diciembre 18, 2007

Carta de Thomas Harris a los senadores

EL POETA THOMAS HARRIS CITA A JUAN JOSÉ ARREOLA CITANDO A DON LUIS DE GÓNGORA Y ARGOTE EN UN FRAGMENTO DE SU EPISTOLARIO QUE EL YA CITADO JUAN JOSÉ ARREOLA DA POR TÍTULO "LOS ALIMENTOS TERRESTRES".

QUIEN CITA EL FRAGMENTO DE DON LUIS DE GÓNGORA, ES ESCRITOR Y EMPLEADO PÚBLICO Y, A EDAD YA ENJUTA, HA SABIDO QUÉ SIGNIFICA DOBLAR LA RODILLA Y CALLAR LA BOCA. AHORA CANSADO, SI BIEN COMO EMPLEADO PÚBLICO DEBE ATENDER AL ESTADO, COMO POETA Y CIUDADANO LIBRE HACE SUYAS ESTAS PALABRAS DE DON LUIS DE GÓNGORA SOBRE UN DECRETO LEY QUE IMPULSAN UNOS YA SEÑALADOS SENADORES DE LA RES PUBLICAE QUE AÚN NOS QUEDA... QUE SI LAS HICIERA CON LAS PROPIAS, OTRO TONO USARÍA.


"Mañana entra enero, que da principio al año y a mis alimentos...

Suplico a V.m. haga con el amigo ensanche los alimentos de aquí a octubre.

Pensé que el amigo, con la cuaresma, mudara de condición como de manjar, y veo que procede aún peor con estos alimentos que con los otros, pues se conjura contra los míos, haciéndome ayunar aun los domingos, que perdona la Iglesia...

Los alimentos de este año en la escriptura fueron pocos, pero en la dispensación van siendo menos, porque no son ningunos...

Es morir no andar con alimentos anticipados...

Ni es bien cansarle dos veces sobre una cosa que es la que tengo suplicada a V.m. de mis alimentos...

Y compongamos estos mis pobres alimentos de manera que pueda yo comer aunque nunca cene...

Suplico a V.m. ponga remedio en todo esto, que ya no me acuerdo de mí ni de mis alimentos..."


Luis de Góngora y Argote.

domingo, diciembre 16, 2007

Otra carta a los honorables del Senado chileno

Respetables Senadores de la República de Chile, integrantes de la comisión de Educación del Senado, señores Mariano Ruiz Esquide, Presidente, Alejandro Navarro, Carlos Cantero, Andrés Chadwick y Ricardo Nuñez:

Adhiero punto por punto al análisis y peticiones realizadas por uno de los más importantes e influyentes escritores chilenos, Antonio Skármeta, quien, junto a Isabel Allende, es el más conocido y respetado escritor chileno en todo el mundo. Antonio Skármeta, además, ha trabajado duramente por el resto de los escritores, brindando apoyo y difusión a través de distintos medios, incluyendo la televisión.

De manera que, honorables del Senado, políticos que hemos elegido con nuestro voto para que velen por nuestros derechos en todo orden de asuntos, atiendan y estudien algo tan trascendental, como es este proyecto, que sin duda alguna nos vulnera como escritores y como seres humanos.

Si no actúan midiendo consecuencias, Chile, el país que nos ha dolido y costado tanto, abrirá otra brecha de escándalo... Y perdonen la rudeza de la palabra, pero sería un escándalo, ocasionado por una legislación que tanto apela por los derechos de los ciudadanos y que tan poco considera a los actores principales en cada uno de los casos que han azotado al país estos últimos años.

Los escritores escriben los libros. Los escritores tienen derecho a recibir una justa remuneración y un trato digno por la sociedad. Un escritor tiene derecho a ser defendido por el mismo estado del verdugo de la piratería y los corsarios editoriales.

Un escritor es testigo y cronista de su tiempo, un escritor es quien, a través de sus novelas, poemas, ensayos, diarios, epistolarios y obras para teatro, revela todo aquello con lo que la posteridad habrá de encontrarse, y desde allí, se enjuiciará lo que ha ocurrido a poco andar del siglo XXI e inicios del Tercer Milenio.

Recuerdo otros tiempos de nuestra historia y la de otros países, y me da la impresión de que los escritores se constituyen siempre ante los ojos del Otro como un foco de conflicto para la sociedades políticas.

Chile 1973: años de Pinochet y quema de libros, censura a los escritores, proliferación de autoediciones.
España, 1605: Capítulo VI de "El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha": escrutinio realizado a la biblioteca de Alonso Quijano, acto feroz propiciado por el cura y el barbero, quienes envían a la hoguera tantos libros, y la actuación de una Institución Inquisidora, que la misma Iglesia Católica quisiera olvidar.

¡La humanidad necesita a los escritores! ¡Chile debe defender a los suyos!

Apelo por la dignidad de los escritores, y agrego un fragmento de Mis Memorias de Emilio Salgari, el que, acaso, mueva la conciencia y los valores de quienes están ahora encargados de resolver y, como en el circo romano, -perdonen Sus Dignidades mi comparación- de alzarse al final de la justa, acomodar su corona sobre las testas sagradas, sacudir la toga, y cerrar el caso, alzando el pulgar hacia la vida o bajándolo en dirección al subterráneo y a los infiernos donde este proyecto pretende enviarnos a los escritores y nuestros libros.

Aquí trascribo el fragmento prometido:

Me siento agotado, quebrantado. Las noches insomnes me abaten más allá de mis fuerzas. He luchado con mi tenacidad habitual: siento que mi cabeza no funciona, el cerebro se ha secado antes de tiempo, y sin embargo, debo continuar: la familia tiene necesidad aún de mi inspiración, de mi trabajo agotador (…) Llega la vejez, nada tengo para pasarla tranquila; solo la eterna pluma, el eterno tintero y mi inseparable cigarrillo. El alivio me lo procura el tabaco… (1908).

Hijos míos, vuestro padre camina hacia las tinieblas, hacia el destino fatal. No hay precipicio, no hay obstáculo que pueda detenerme, que pueda hacerme retroceder, no, no ¡no hay nada absolutamente! (…) Que estas palabras sirvan de testamento: nada poseo, nada puedo dejaros; solamente mi recuerdo. Pero he dado a la Patria alguna cosa… ¡le he dado mis novelas!

El otro día he mentido diciéndoos que iba a ver a mi editor para activar algunos asuntos. No fue así: fui a comprar un cuchillo, la hoja que ha de desgarrar mi cuerpo… Os beso apasionadamente; besad a mamá en mi nombre y adiós para siempre. Mañana no existiré.
Vuestro padre EMILIO SALGARI (24 de abril de 1911 en Mis Memorias)

Mensaje a su editor: “A usted que se enriquece con mi piel, manteniendo a mi familia y a mí peor que en la miseria, solo le pido como compensación a los beneficios que le he dado a ganar, que pague mis funerales.
Le saluda destrozando la pluma, Emilio Salgari.

¿Es esto lo que Chile quiere? Tengo a la mano innumerables nombres de escritores importantes que son estudiados en los colegios y universidades chilenas y extranjeras; muchos de ellos han tenido el mismo dolor y optado por un destino semejante al de Salgari. A quien más a quien menos, don Emilio Salgari nos ha regalado una infancia, una adolescencia y un tiempo de adultos felices cuando llegaron a nosotros esas novelas escritas con la pluma que debió romper cuando la realidad material y emocional le fuera esquiva.

Señores Senadores de la República de Chile, ustedes que han leído muchos libros, que se formaron, la mayoría, en buenos colegios, que consideran la cultura como un bien inigualable, que confían a sus hijos en las manos de profesores tan buenos como los que ustedes tuvieron, que tienen bibliotecas en sus casas, piensen en nosotros y piensen sobre todo en ustedes mismos a la hora de votar este proyecto.

Atentamente
Teresa Calderón
Profesora de Literatura y Escritora. Permanente Postulante a los Fondos del Consejo del Libro y la Lectura, que este año 2007 me fuera escamoteado como también a otros muchos escritores que obtuvimos el máximo puntaje.

(Agrego este dato, porque yo no vivo de mis libros. Vivo de la precariedad de mis clases, el sonsonete de quinientas horas semanales, como diría Nicanor Parra. Sin contrato fijo en parte alguna y sin sueldo ni remuneración durante diciembre, enero y febrero, al igual que tantos escritores chilenos. Pero vivo también de la pasión de escribir y de la esperanza).

¡Vida eterna a los escritores! ¡Viva Chile, mi alma!

sábado, diciembre 15, 2007

Asunto: RE: de Antonio Skármeta a Sadel y a los Honorables Senadores

Estimado señor Fernando Sáez,
Presidente de la Sociedad de Derechos Literarios (SADEL)


He leído con preocupación y hasta incredulidad los detalles que enumera del proyecto de ley que está considerando el Senado. En efecto, este proyecto, de ser aprobado haría daño a la creación y a los derechos de autor de escritores chilenos y colegas de otros países. Le ruego tenga a bien reenviar este e-mail a los honorables senadores que me indica, como un manera de adherir a sus observaciones críticas al proyecto y expresar mi solidaridad con la petición de SADEL de que no se apruebe la modificación a la Ley de Propiedad Intelectual.

Quiero, con todo respeto y cariño a mi país, prevenir sobre la posible repercusión internacional que podría llegar a tener la aprobación de estas modificaciones que vulneran de modo insólito los derechos de colegas escritores de otros países y en otras lenguas quienes podrían, llegado el caso, acusar a las instituciones chilenas de santificar legalmente la piratería.

Aún si los honorables senadores, con otros fundamentos que estos, optaran por aprobar estas modificaciones, estimo mi deber solidario con mi país y con mis colegas internacionales solicitarles con la mayor cortesía que evalúen esta alerta que les ofrezco.

Puede que la modificación sea compatible, en una lectura más atenta, con la ética de las legislaciones internacionales sobre esta materia. Pero también puede que no. Está claro que Chile es soberano para legislar como se le ocurra y en otros momentos de su historia, y sobre asuntos más apremiantes que estos, se ha despreciado la jurisprudencia internacional. Me temo que si se aprueba esta modificación, no es improbable que se desate en los medios de comunicación nacionales e internacionales críticas severas a nuestro país.

Saludo cordialmente a los senadores Ruiz Esquide, Navarro, Chadwik, Cantero y Núñez.

Antonio Skármeta
escritor

viernes, diciembre 14, 2007

Algo huele a podrido en Dinamarca-Chile

Amigos escritores, ha llegado la hora de hacernos oír: ¡Para que nunca más en Chile...!

Mediante la presente, el Consejo Directivo de SADEL, desea ponerlos en antecedentes acerca del proyecto de ley que se encuentra en trámite en el Parlamento, y que modifica la Ley de Propiedad Intelectual.

Es sumamente importante que puedan examinar esta comunicación y tomar las acciones sugeridas, dadas las graves implicancias que esta reforma puede llegar a tener y que a continuación se detallan.

En primer lugar, es necesario señalar que este proyecto, presentado al Parlamento por el Gobierno, tenía como objeto primordial aumentar las penalidades para los casos de piratería, de modo de mejorar las posibilidades de controlar este flagelo nacional.

Sin embargo, aprovechando la coyuntura, se incluyeron en él numerosas otras reformas, algunas de las cuales dañan seriamente los intereses de los titulares de derechos de autor, específicamente en el ámbito de la literatura.

Detrás de esta proposición está la absurda idea de que, desprotegiendo los derechos de autor se da mayor acceso al público a la cultura. Esta afirmación no resiste el menor análisis, ya que no hay modo alguno de demostrar que mejorando la protección al derecho de autor de los creadores intelectuales, se está coartando el acceso del público a la cultura.

A partir de esta falsa idea, el proyecto de ley contiene numerosas modificaciones orientadas a mermar los derechos de los titulares de derecho de autor, que en el caso de SADEL son los autores y editores literarios. Es así como el proyecto incluye un nuevo capítulo a la ley, dedicado especialmente a las excepciones, es decir a casos en que el derecho de autor es, por decirlo en forma simple, “derogado”, en perjuicio directo de sus titulares.

El proyecto ha sido ya aprobado en la Cámara de Diputados, donde la participación activa de las entidades de gestión de autores logró modificar en parte los aspectos más negativos del proyecto. Actualmente el proyecto se discute en la Comisión de Educación del Senado.

Sin entrar in extenso al análisis jurídico del proyecto, el aspecto más lesivo para los autores literarios, es el contenido en el Artículo 71 N), que señala:

“Artículo 71 N. Las bibliotecas de instituciones educacionales o que sirvan a dichas instituciones, podrán, sin autorización ni pago de remuneración, reproducir, comunicar y/o poner a disposición por cualquier medio las reproducciones de obras cortas, artículos de publicaciones periódicas y partes razonables de obras extensas, para uso exclusivo de los alumnos, investigadores y docentes de dichas instituciones, conforme lo solicite el docente encargado de los respectivos cursos, siempre que dicha utilización de la obra se efectúe sin interés comercial y cumpliendo los demás requisitos que determine el reglamento.”

Lo anterior significa que todas las bibliotecas escolares, universitarias, otras similares, y las relacionadas, podrán entregar a sus usuarios fotocopias del todo o “partes razonables” de una obra, según su extensión, sin el requisito de contar con la autorización del autor, y sin la obligación de pagar una justa compensación a los titulares de los derechos.

Si el año 2005, según una investigación hecha por SADEL, los alumnos de entidades superiores de educación gastaron US$ 40.000.000 en fotocopia de libros, esta modificación institucionaliza la reproducción de libros por fotocopias, lo que resulta totalmente inadmisible y atentatorio a los derechos de los autores y desincentivará más la producción de libros en Chile.

Otras de las “mejoras” propuestas, son las incluidas en los artículos 71 K), 71 L), 71 M) y 71 Ñ) que se transcriben para su información:

Artículo 71 K. Las bibliotecas y archivos abiertos al público y que no tengan fines de lucro podrán, sin que se requiera remunerar al titular ni obtener su autorización, efectuar copias de fragmentos de obras que se encuentren en sus colecciones, a solicitud de un usuario de la biblioteca o archivo exclusivamente para su uso personal.

Artículo 71 L. Las bibliotecas y archivos abiertos al público y que no tengan fines de lucro podrán, sin que se requiera remunerar al titular ni obtener su autorización, efectuar la reproducción, comunicación o puesta a disposición por medios digitales de obras de su colección para ser consultadas simultáneamente hasta por un número razonable de usuarios en los términos que señale el reglamento, sólo en terminales de uso local de la respectiva institución.

Artículo 71 M. Las bibliotecas y archivos abiertos al público y que no tengan fines de lucro podrán, sin que se requiera remunerar al titular ni obtener su autorización, efectuar la traducción de obras originalmente escritas en idioma extranjero y legítimamente adquiridas, cuando al cumplirse un plazo de tres años contados desde la primera publicación, o de un año en caso de publicaciones periódicas, en Chile no haya sido publicadas su traducción al castellano por el titular del derecho.

La traducción deberá ser realizada a solicitud de un usuario y exclusivamente para uso personal, o para investigación o estudio por parte de los usuarios de dichas bibliotecas o archivos.

Artículo 71 Ñ. Será lícita, sin la autorización del titular de los derechos de autor y conexos ni remuneración, la inclusión en una obra para fines educacionales, en el marco de la educación formal o autorizada por el Ministerio de Educación, de obras cortas, como poemas, artículos, ensayos o cuentos cortos. Deberá mencionarse en cada caso la fuente, el título y autor de la obra incluida.

Al amparo de esta excepción no se incluirán más de dos obras del mismo autor, y dicha obra no representará más del 7% del contenido de la nueva obra educacional.

En los casos en que la obra educacional sea total o parcialmente distribuida comercialmente al público, el editor deberá pagar a los titulares de derechos de las materias sujetas a derechos de autor o conexos utilizadas, una remuneración equitativa por dicha utilización en los ejemplares que sean distribuidos comercialmente al público.

Dicha remuneración también se devengará en los casos que se exceda el uso permitido en los incisos primero y segundo de este artículo.

A falta de acuerdo por las partes, dicha remuneración será fijada por el tribunal civil del domicilio del solicitante, en procedimiento breve y sumario, quien fallará conforme a la equidad.

Lo dispuesto en los incisos anteriores, es sin perjuicio de lo señalado en los artículos 71 B y 71 C.


De la sola lectura de dichos artículos, queda de manifiesto el perjuicio que estas modificaciones implican para los derechos de los autores, suficientemente afectados ya por el grave problema de piratería existente en Chile.


Ante estos antecedentes, les solicitamos revisarlos y dirigirse mediante cartas o e-mail a los Senadores Miembros de la Comisión de Educación del Senado, manifestando su rechazo a las disposiciones contenidas en los artículos 71 K, 71 L, 71 M, 71 Ñ y 71 N del proyecto en discusión, solicitando al Senador respectivo que las rechace antes de que se conviertan en ley, o su modificación de forma que resulte menos lesiva a los intereses de los autores literarios, especialmente los chilenos, pero también los de los demás países del mundo que son publicados en Chile.


Los Senadores de la Comisión de Educación del Senado son los siguientes:

Mariano Ruiz Esquide (Presidente): mruiz@senado.cl

Alejandro Navarro: anavarro@senado.cl

Andrés Chadwick: chadwick@senado.cl

Carlos Cantero: ccantero@senado.cl

Ricardo Núñez: rnunez@senado.cl

Estamos seguros que los Senadores indicados valorarán su comunicación y podrán tener una mejor comprensión de los negativos efectos que estas modificaciones tendrían sobre nuestros derechos.

Les saluda atentamente,

Fernando Sáez
Presidente (S) SADEL

jueves, diciembre 13, 2007

A la vuelta del tiempo

Habíamos almorzado alrededor de una mesa gigante bajo los árboles. La brisa movía las hojas aliviando el calor de las tres de la tarde. El río era un sonajero de piedras pasando por detrás de la casa entre los cerros que rodean Vicuña. Yo tenía quince años y había ido a esa casa de campo, de visita con mis padres, porque mi paraíso estaba en La Serena donde debía volver cada verano para repetir la ceremonia que me hacía sobrevivir los inviernos tristes en Santiago donde vivía forzada por la decisión de mis padres, cuando yo había recién cumplido los ocho años y no me imaginaba que el mundo pudiera extenderse más allá de La Serena, el mar y los valles interiores.

Mis padres andaban entonces en proceso de reconciliación y la casa de sus amigos, los Carreño en El Molle, desde que tengo uso del recuerdo, había sido un lugar de paseo los domingos con baño en el río y gritos infantiles y felices. Después de tantos años volvíamos a juntarnos por última vez, pero eso no lo iba a saber hasta ahora. En ese momento podía ser una más de tantas veces.

Mientras bebían el café y la sobremesa se alargaba, aproveché de alejarme, como siempre me ha gustado, y meterme bien adentro de mí misma. En un sillón de mimbre, me puse a escribir en el diario de vida que no soltaba por motivo alguno, y alguna carta a mi pololo que estaba en Santiago. Lo echaba de menos, quería verlo, por eso le contaba todo lo que hacía, pensaba y soñaba desde que me levantaba hasta que me dormía pensando en él. Cada mañana iba al correo en la esquina norponiente de la Plaza de Armas, y después de dejar la carta en el buzón me sentaba en la plaza cerca de la fuente a mirar los peces anaranjados que saltaban felices como si estuvieran jugando, y recordaba o revivía es más exacto, mis años de infancia feliz en La Serena cuando me esforzaba por no romper mi globo de colores y comía barquillos a la salida de la misa de doce en la Catedral, siempre de la mano de mi madre. ¿Y mio padre, mio Cid, dónde estaba?

Salí de mis pensamientos cuando los adultos terminaron su café y los hermanos Carreño, dos jóvenes universitarios, largiruchos y flacuchentos se pusieron a cantar. Uno de ellos, el que sería abogado, tocaba el acordeón, y su hermano, el que sería médico, la guitarra. Iban de un tema a otro: la moda contestataria de las bandas argentinas a comienzos de los 70. Les pedí maravillada que por favor repitieran la última canción: "Bronca cuando ríen satisfechos al haber comprado sus derechos/ bronca cuando se hacen moralistas y entran a correr a los artistas/ (...) para los que toman lo que es nuestro con el guante de disimular/ para el que maneja los piolines de la marioneta universal/ para el que ha marcado las barajas y recibe siempre la mejor/ con el as de espadas nos domina y con el de bastos entra a dar y dar y dar/ marcha/ un, dos /no puedo ver tanta mentira organizada(...)

Yo tenía quince años y cantaba con ellos bajo los árboles, bronca cuando se hacen moralistas, y entran a correr a los artistas... Mis padres partieron de viaje hacia Vallenar, la tierra natal de mi madre y probablemente revivieron escenas amorosas de su vida, las cuales desgraciadamente no lograron reconciliarlos para siempre. Ya los cables de comunicación se había dañado para siempre. Regresamos juntos a Santiago, en familia quebrada y amarrada con cintas de colores, y la vida de cada uno siguió su curso: "sin responder con voz ronca mi bronca, mi bronca/ bronca porque matan con descaro pero nunca nada queda claro/ bronca porque roba el asaltante pero también roba el comerciante/ bronca porque está prohibido todo/ hasta lo que haré de cualquier modo.

Ahora, ese joven flaco y largirucho aparece en la televisión mientras veo las noticias. Odisea 2001. No está con su bandoneón ni está cantando. Viste bluyines y botas de minero. Sé que es un hombre cristiano, y me imagino que probablemente ha estado en la misa pidiéndole a Dios que lo ayude a encontrar la respuesta, que lo conduzca por los senderos correctos para cumplir la misión que su país le ha encomendado. La cámara de televisión lo registra cuando emerge desde las profundidades de distintos recovecos de la cuesta Barriga, un antiguo camino que conducía hacia la costa central de Chile, antes de que se construyera el túnel Lo Prado con su respectivo peaje: "bronca pues entonces, cuando quieran que me corte el pelo sin razón/ es mejor tener el pelo libre que la libertad con fijador/ marcha/ un dos/ no puedo ver tanto desastre organizado/ sin responder la voz ronca, la bronca, mi bronca/ bronca sin fusiles y sin bombas".

Desde el hondor de la tierra, Carreño enfrenta las cámaras que lo repiten en todas las casas, todos queremos noticias, necesitamos saber lo qué ha pasado, ¿encontraría algo? ¿qué encontraría? Sacude sus botas, está demasiado serio. Lo veo y lo reconozo, a pesar de esos visos de los años que han pasado. Frente a los micrófonos, grabadoras y cámaras de televisión dice, sí, es probable, los restos encontrados podrían pertenecer a los desaparecidos del 73, la directiva del partido comunista: "no puedo ver tanta mentira organizada". Los familiares esperan ansiosos desde hace días, se acercan, buscan también, recorren los cerros. Reconozco a Estela Ortiz. La última vez que la había visto fue en la catedral, a finales de marzo de 1985, junto al ataúd de José Manuel Parada, su marido, uno de los tres degollados por la iniquidad de la dictadura militar. Ella se desmayó varias veces junto a la guardia de honor. Primero su padre; después, su compañero, ¿no sería demasiado para una sola mujer? Bronca porque matan con descaro y nunca nada queda claro...

Muchos familiares preguntan, lloran, necesitan un cuerpo para empezar el duelo que no han podido hacer; sí, efectivamente habrá que esperar lo que determine el instituto médico legal, sin responder con voz ronca, mi bronca, mi bronca y sí, finalmente fueron reconocidos algunos huesos, Fernando Ortiz, sus dientes, sí, pero cuerpo, no hay; sí, algunas vértebras, sí, marcha con los dos dedos en V, ese hombre noble e inocente, bronca, porque matan con descaro, pero nunca nada queda claro.

martes, diciembre 11, 2007

domingo, diciembre 09, 2007

Todas estamos heridas de muerte


Un elefante
se retira a la selva
resuelto a encontrarse consigo mismo
a solas
sin un dios me lo dio, dios me lo quitó
y sin el acompañamiento
del duque de Borja (Borgia)
cuando Felipe II le puso el encargo
de presidir el funeral de una reina
(una de las 4 mujeres que el rey más amó).

Entonces él, un duque enamorado de su reina,
vio en el camino
cómo se descomponía la belleza en el ataúd.

Por eso dijo:
“nunca más servir a señores que son de este mundo”.

Tomó el hábito, dejó atrás al galán,
y se convirtió en san Francisco de Borja.

Del libro inédito: Elefante

sábado, diciembre 08, 2007

La vida que quería para mí, ya pasó

Alguien está mirando por la cerradura del tiempo. Nadie sabe quién es. Nadie lo ha visto ni verá jamás.

Nadie sabrá quién deambula por los secretos desvanes del polvo que acumula la memoria.

Tanta fragilidad desaparece y regresa en el tiempo sin tiempo que conocemos como la palma de nuestra historia.

¿Quiénes somos, al final, sino un montón de fragmentos que intentan unirse mientras miro por la cerradura del tiempo que me mira cuando la miro?

jueves, diciembre 06, 2007

En la Universidad de Chile el Viejito Pascuero

Hace muchos años, en la Facultad de Filosofía y Humanidades, el actual decano, Bernardo Subercaseaux, inauguraba la Semana de las Letras chileno-bolivianas. En su discurso de bienvenida y apertura de las actividades; léase seminarios, charlas, mesas redondas, recitales de poesía y de todo aquello pertinente a la envergadura de la Jornada, Bernardo dijo que había estado leyendo el diario mural de los alumnos en el patio central y se había encontrado con un texto notabilísimo, digno de análisis semiótico, y que a él le parecía que además daba cuenta de la realidad chilena desde sus napas subterráneas. Y así debió ser, porque ya en este siglo XXI, a siete años del nuevo milenio, se empiezan a entender situaciones como las protagonizadas por wena Naty y Rosa Espinoza, entre muchos otros.

Dio entonces, Subercaseaux, en leer el famoso texto escrito entonces a máquina, el que había quitado momentáneamente del diario mural de los estudiantes para compartirlo con nosotros los participantes y asistentes al Seminario. Se trataba nada más ni nada menos que el texto completo de la carta de Luchito al Viejito Pascuero.

El análisis que hizo está publicado por ahí, en alguna revista universitaria, que me encargaré de buscar en la Biblioteca Nacional para que se entienda desde la verdadera dimensión que el discurso semántico del texto posee.

Me pareció necesaria esta aclaración, en virtud de cierta capacidad de escándalo que puede haber producido en algunos lectores y visitantes de mi blog, la famosa, histórica y casi profética carta de Luchito al Viejo Pascuero en relación al estado de cosas que se estaba fraguando en una sociedad chilena pre fax, celular, computadores a gran escala, Internet and YouTube, off course.

La respuesta del Viejito Pascuero, la conocí recién el año pasado y la guardé hasta encontrar el momento y el lugar de incluirlas. Pienso que amerita una mirada sicológica, sociológica y política, no moralista ni fundamentalista ni prejuiciosa. Es mi modesta opinión que comparto con ustedes, amigos y amigas, ex amigos y ex amigas...

martes, diciembre 04, 2007

Respuesta del Viejo Pascuero a Luchito

Querido Luchito:
He recibido tu cartita, Luchito lindo, estoy sorprendido de tu reacción. Realmente lamento mucho el disgusto que te hice pasar, pero te aclaro que el Viejito no es tan injusto como lo pintas. Lo que me dices en tu cartita es totalmente cierto. Fuiste el mejor alumno, ayudaste a tus padres, te portaste bien, etc... pero Luchito: Se te olvidó mencionar cuando pillaste a la empleada encerando sin calzones y se lo mandaste a guardar sin asco, hasta el tuétano.

También se te olvidó, Luchito, mencionar cuando en el colegio le echaste pichí a la bebida de tus compañeros, y como los pobres estaban cagados de sed después de educación física, se hicieron chupete la weá, mientras vos te cagabai de la risa. Se te olvidó también señalar cuando te robaste los exámenes finales para sacarte un siete, ladrón de mierda, así cualquiera es el primer alumno del curso, weón tramposo.

Oye Luchito, vos creíai que el Viejo Pascuero es weón. Te equivocái pos saco e güea, yo tengo a todos los cabros malos como vos, debidamente identificados para que no me caguen... concha e tu madre, sin vergüenza. Además, la próxima vez que le tirís piedras a los RENOS, porque son Renos y no Venados, cabro ahueonao, te voy a echar a los pacos, pa´ que te suban al carro y te hagan recagar a patadas en la Cuea, y de yapa, que te peguen unos cuantos combos en el hocico, pa´ que no podái tocar la corneta que te regalé, cabrón, hijo de puta.

Bicicleta, quería el saco de huevas... Super Nintendo, quería el Mono Culiao. A lo mejor te mando la pura cuerda del trompo pa que wueís un rato, maricón vivaracho. Pensándolo bien, prometo enviarte la bicicleta, pero no pa´ la pascua, sino pal día del Pico, conchetumadre. JO JO JO, Pascua feliz para todos...
JOJOJO Pascua feliz para todos.

ATTE. y con cariño,
EL VIEJITO PASCUERO

Carta de Luchito al Viejo Pascuero... 27/12/06


Las palabras vertidas aquí son de exclusiva responsabilidad de quien las emite. La autora del blog se declara inocente, aunque algo de razón le encuentra a Luchito. Tal vez el viejito pascuero sea más considerado este año.

Querido Viejo Pascuero:

Te extrañará que te escriba dos días después de Navidad, pero quiero aclarar ciertas cosas que han ocurrido desde el primer mes del año pasado. Tú tampoco olvidarás la carta que te mandé y en la que te pedía una bicicleta, un par de patines y un Súper Nintendo.

El año recién pasado me destrocé el cerebro estudiando, y no solo fui el primero del curso, sino que obtuve el mejor promedio en la escuela donde estudio.

No te voy a engañar si te digo que no hubo nadie en el barrio que se portara mejor que yo con mis padres, hermanos, amigos y vecinos. Hacía mandados, ayudaba a los ancianos a cruzar la calle y hacía todo lo que estuviera a mi alcance para ayudar al prójimo.

¡Qué chuchas tenís vos en el corazón y en la cabeza Viejo Pascuero reculiao, dejando debajo de mi cama un trompo, una corneta y una pelota de plástico?

¿Qué putas te hai imaginado Viejo maricón? O sea que durante todo el año me agarraste pal webeo para salirme con esta cagá de regalos, y no conforme con esta cagadita, al maricón del hijo del jefe de mi papá, a ese weón reculiao, flojo y desobediente, le tapaste la casa con regalos y juguetes. ¡A esa mierda sí que pudiste traerle todo lo que te pidió!

Espero, Viejo maricón, no verte más, porque si te vuelvo a ver, te voy a agarrar a piedrazos, viejo conchetumare, a ti, al carro y a esos venados maricones que te tiran el carro, pa que se espanten, te saquís la chucha y tengái que andar a pata como yo, ya que la bicicleta que te pedí era para ir a la escuela que queda en la chucha de la loma.

Y no quisiera, despedirme sin sacarte la madre, ojalá te fusilen, te exilien, se te pegue el sida, Viejo mil veces maricón, culiao y reconche tu madre!

Se despide con mucho cariño,
LUIS (alias Luchito)

P.S. El trompo, la corneta y la pelota de plástico, las puedes pasar a recoger, para que te las metái en la raja, Viejo cagao.

domingo, diciembre 02, 2007

La cita


La noche estaba oscura y fría, pero en sus ojos giraban destellos que iluminaron todo. Se habían encontrado temprano y vieron cómo iba atardeciendo lentamente, mientras la luz cambiaba el color de los cerros que circundaban la ciudad.
-Te regalo seis horas esta noche -dijo él.

Lejos de todo y de todos, ella lo miró con dulzura y él musitó algunas palabras necesarias para encender la noche. Prendido en su cuello le dijo que le gustaba su perfume, y ella; que ella le gustaba mucho -dijo.

Ella no respondió pero pensó que todo esto era otra locura de su imaginación. Bebió directo de la botella como solía hacerlo en sus tiempos juveniles, y decidió encender otro cigarrillo. Tal vez él la miró preocupado, inquieto y bebió un trago. ¿De dónde aparecía esta mujer extraña refugiándose en su auto y entre sus brazos?

La noche se volvía más oscura y más fría. La música sonaba fuerte en el auto: su canción favorita de los años ochenta hacía vibrar los parlantes y a toda ella. Por eso, abrió la puerta del auto y se puso a bailar en medio de nada, y abriendo sus brazos levantó la cabeza al cielo como si agradeciera esa noche tan intensa.
-Seis horas es la eternidad -dijo agitada por el baile y la emoción.

Ella supo que había alcanzado a tocar la punta de una estrella.


Todos invitados al lanzamiento del Libro de Thomas Harris

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