Una boda trascendente
Querida Therese, te envío esta escena de boda para que tengas en cuenta que las cosas han cambiado mucho y que a partir de la próxima semana se va a imponer en Chile este mismo sistema. Avísale al Rey King que piense bien todo lo que va a decir, y tú, mejor no digas nada... Con los buenos deseos de L. Magritte, en este hermoso domingo.
10 comentarios:
Horror de horrores, de verdad se hace así ahora. Que bueno que los caballos no hablamos.
Me parece que Lila es una buena amiga que te da sabios consejos.
Gracias por pasar a visitarme y dejar tu comentario en En la orilla.
Ahora voy a ver el video.
Un abrazo.
Prometo solemnenemente mantener silencio,
piiiiiiiiiiiii
estoy diciendo la verdad
piiiiiiiiiiiiiii
bueno, si no me creen...
Bueno, bueno, hay que darle a la risa un rato, dicen los estudiosos que hace muy bien.
Hice un aro en la corrección de pruebas para venir a entretenerme al ciberespacio. Si en nuetra época de la infancia hubiese existido esta posibilidad, no habríamos molestado tanto con los juegos Diana y el centro y los helados Paula, el parque Cousiño... ¿qué más era lo que nos gustaba, aparte de las maldades a los vecinos?
Therese: aparezco en s blog como quien soy, Lear, directamente, para que se sepa de mi por ahora virtual realidad: me reí con las bodas que nos relago L.M. pero debo decirles que podeos asistir a la nuestra en silencio, no habrá testigos, no habrá tecnología: y el desierto que os ofrezco es tan vasto que no se puede derrumbar como un castillo en la costa...
a vuestro pies que además besa,
Lear
No entiendo el despertar sin ti
Los sueños se hacen comprensibles cuando no estás.
La surrealidad de tu magia decrece si en mis pensamientos no deambulas,
si no caminas perdida, como Nadja,
por los jardines y las plazas
y las piletas
de las ciudades invisibles
que construyen mis arquitectos oníricos
en mi mente para tu mente,
como puentes levadizos de sueños.
Ensayé este poema para ti, Therese, espero que lo recibas con beneplácito, ya que no soy poeta.
También disculpa los plagios a mis lecturas favoritas...
King Lear, suyo.
:)
Mi amado Rey Lear, finalmente vuestra merced aparece virtualmente en mi casa.
Agradezco que me invite a compartir la vida que nos queda.
Y yo que soy apenas una humilde súbdita, acaso no merezca todo lo que usted me ofrece.
Suya
Therese
Muy entretenido el video de la boda.
Deberían aplicar siempre ese detector de mentiras... El mundo y la vida podrían ser distintos.
Saludos
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