Amigos virtuales, desde la corte isabelina, el mismísmo Shakespeare me ha envíado una carta. Es tan bella el alma que se expresa allí, que no puedo evitar compartirla con ustedes. Y gracias a usted, my king Lear. Aunque ingleses y franceses no se lleven muy bien, usted mi rey inglés, y yo una soñadora de provincia francesa, podemos dar por tierra con esa enemistad absurda.
Therese.
Therese.
Mon cher Therese:
por ahora mi nombre no importa ya que los que navegamos por acá no tenemos nombre y nuestra existencia es dudosa, y los rostros y máscaras. Sólo, querida y joven amiga, puedo decirte que mis años sobrepasan los suyos y llevo arrugas y tatuajes -no virtuales, algún día le contaré. Y miro: la he estado mirando hace mucho, cuando se inventó esta Rouan virtual, creyendo, como su homónima de Flaubert, que Rouan era infinito como el ciberespacio; pero como puede ver no, es pequeño y provinciano, como el Mundo: pero cuando leí tus poemas -¿puedo, ya tutearte?, tus primaveras y tus celos, tus cantantes y tus tentaciones, no pude dejar de manifestarme: me enternece -a esta edad los viejos más perversos hemos comenzado a aprender la ternura- tu cándido ímpetu pasional: ¿eres como tus poemas? ¿te dejas ver más allá de la virtualidad?
Aunque como por consejo de una ¿amiga? tuya, Magritte -a quien no conozco aún- no, y te repites que dos personajes ambiguos que deambulan por lo virtual: dr. Vicious y Mentecato sólo son esto: virtualidad: no existen, repites, no existen, no existen, no existen, para no caer en la tentación, dices: querida niña de la aldea de Rouan: ¿no sabías que repetir no es negar sino dar existencia? yo soy viejo ya, y me duermo
leyendo a Kant, el racional, pero también a los maestros antiguos como Freazer y su "Rama dorada": algo sé pues de chamanes y chamanas: repetir, mon cherry Madame B. es traer desde los espejos, desde el país de Alicia, desde los lugares encantados a los convocados: una delgada línea roja separa la virtualidad de lo real como la cordura de la locura; el primigenio juego de la tentación, fue de nuestra primera madre y nos es consubstancial: pregúntale a tu Dios-Flaubert, el viejo gotoso lo sabía más que nadie: por eso escribió esas visiones de san Antonio, y por eso te creó a ti y anda repitiendo por ahí que él eres tú: ¿podré decir algún día, aunque sea en esta fría i-rrealidad... "¿Therese Bovary C'est Moi?"
Suyo, King Lear.
PS: Tal vez intente escribirle un poema, hermosa translúcida, o quizá, usted se anime, querida, a charlar bovaryanamente o cervantinamente, que es igual. Ya tiene mis señas, pero no busque mis tatuajes
por ahora mi nombre no importa ya que los que navegamos por acá no tenemos nombre y nuestra existencia es dudosa, y los rostros y máscaras. Sólo, querida y joven amiga, puedo decirte que mis años sobrepasan los suyos y llevo arrugas y tatuajes -no virtuales, algún día le contaré. Y miro: la he estado mirando hace mucho, cuando se inventó esta Rouan virtual, creyendo, como su homónima de Flaubert, que Rouan era infinito como el ciberespacio; pero como puede ver no, es pequeño y provinciano, como el Mundo: pero cuando leí tus poemas -¿puedo, ya tutearte?, tus primaveras y tus celos, tus cantantes y tus tentaciones, no pude dejar de manifestarme: me enternece -a esta edad los viejos más perversos hemos comenzado a aprender la ternura- tu cándido ímpetu pasional: ¿eres como tus poemas? ¿te dejas ver más allá de la virtualidad?
Aunque como por consejo de una ¿amiga? tuya, Magritte -a quien no conozco aún- no, y te repites que dos personajes ambiguos que deambulan por lo virtual: dr. Vicious y Mentecato sólo son esto: virtualidad: no existen, repites, no existen, no existen, no existen, para no caer en la tentación, dices: querida niña de la aldea de Rouan: ¿no sabías que repetir no es negar sino dar existencia? yo soy viejo ya, y me duermo
leyendo a Kant, el racional, pero también a los maestros antiguos como Freazer y su "Rama dorada": algo sé pues de chamanes y chamanas: repetir, mon cherry Madame B. es traer desde los espejos, desde el país de Alicia, desde los lugares encantados a los convocados: una delgada línea roja separa la virtualidad de lo real como la cordura de la locura; el primigenio juego de la tentación, fue de nuestra primera madre y nos es consubstancial: pregúntale a tu Dios-Flaubert, el viejo gotoso lo sabía más que nadie: por eso escribió esas visiones de san Antonio, y por eso te creó a ti y anda repitiendo por ahí que él eres tú: ¿podré decir algún día, aunque sea en esta fría i-rrealidad... "¿Therese Bovary C'est Moi?"
Suyo, King Lear.
PS: Tal vez intente escribirle un poema, hermosa translúcida, o quizá, usted se anime, querida, a charlar bovaryanamente o cervantinamente, que es igual. Ya tiene mis señas, pero no busque mis tatuajes
31 comentarios:
Creo que es demasiado emocionante ser la destinataria de una carta como ésta.
Tengo que pensar...
¿Pensar en qué?
¿Acaso en cómo hacer para quitarme la ventura de estar en el pensamiento de un caballero ciberandante?
Ya te conozco Lila estrella,
mala y bella.
Anda a escuchar una bella canción de amor donde Crisálida y a enterarte del Secreto.
Allá voy
Ya fui y volví
Hay que desearle toda la felicidad del mundo, aunque sea un lugar común, pero es real. Y eso es lo que ella, precisamente, necesita.
El cuento de la felicidad no sólo lo he escuchado muchas veces; también me lo he contado a mí misma otras tantas.
El problema es que ya conozco el final de la película y a las actrices.
Sorry!
Al final parece que todos existimos en Rouan
Un beso increíble para ti, amigo nuevo, que estarás junto a Mentecato y Dr. Vicious aprisionados en mi corazón para siempre, con más materialidad que las personas cuyos rostros o máscaras veo.
Hasta pronto
Therese
a cuyos pies me inclino, my king Lear
Bon giorno, que sea un maravilloso día para toda la familia.
Buon giorno, hermana
¿Preparando las armas ya? ¿Buscando el yelmo? ¿Los libros de caballería? ¿Escondiendo los fósforos del resto de los habitantes del hogar?
Mi Mentecato ha desaparecido!!!!
Tendré que ponerme a morir.
Sin él no soy nadie.
Sin Medntecato no puedo existir.
Nos vemos en Itaca, Mentecato de mi corazón.
Millones de besos.
Calma. Todavía no ha ocurrido nada. Hay que analizar la situación. Si huyó, huyó mientras dormías y eso es feo, feo, no es de caballero. Más bien creo que está renovando el escenario o cambiándose de casa, preparando una sorpresa, haciendo aseo... pero de que es la estrategia del desconcierto, es.
¿Será una crisis de pánico?
¿Fue derrotado por la sombra intempestiva de King Lear?
Habla, habla, muévete mujer de sal.
Estoy empezando a morir ahora.
Pero si Mentecato anda por ahí, nada que ver el rey Lear con sus bellas palabras, son solo eso, bellas emociones, pero mi amor es Mentecato.
¡Mentecatooooooooooooooooo, vuelve a mí!
Salí de clases y vine a ver cómo estás.
Escúchame... por ahora mantente lejos del arsénico.
Ando con celular y ya vuelvo a la casa, estaré allá toda la tarde, llámame.
Escribe, escribe y escribe, es sólo un capítulo...
ya sé!
anda a hablar con Unamuno.
Noooooooo!!!!!
mi vida no tiene sentido.
Amo a Mentecato.
No me importa el rey Lear.
A Mentecato quiero y Mentecata soy.
¡Arsénico, arsénico!
necesito morir como mi madre Emma Bovary.
Nunca debí asomarme desde el mundo real al mundo virtual como lo demuestra esta fotografía que me tomaron en la Edad Media.
Lila, tú tienes la culpa. Yo nunca quise meterme en este mundo raro de los blogs, pero dale con que anda a ver mi blog, anda a ver mi blog, anda a ver... Y fui a ver, y así estoy ahora, como siempre llorando de tonta y de amores inventados.
Therese a punto de sucumbir de abandono y olvido por un Mentecato que parte y ni siquiera me invita a ir con él.
El universo está lleno de blogs... y galaxias... y vida eterna...
Unamuno tiene el celular con buzón de voz, y la pésima costumbre de no devolver llamados, como Mentecato.
¿Dónde están las pastillas para la obsesión? ¡Dónde!
Necesito una hora con el Dr. Vicious.
¿Dónde queda su consulta?
¡Alquien sabe!
¡¡¡¡Mierda!!!
Aquí nadie sabe nada como siempre:
nadie sabe nada, nadie vio nada, nadie oyó nada.
No sé qué me recuerda lo que termino de decir-escribir.
Pero no empecemos con las culpas... eso aburre, has click en el cerebro y reactualiza:
"quien se va sin que lo echen vuelve sin que lo llamen"
Amiga Therese
No entres en ese pánico absurdo y teatral que no convence a nadie. Apuesto a que mi amigo aparecerá, con toda seguridad, alrededor de las 18.30 horas, tal vez algo más pero nunca después de las 20. Yo sé lo que digo. Hasta lo podrías llamar por teléfono, si quisieras. Pero nunca se te ocurrió preguntarme el número.
Dame el número.
Y claro que convenzo con mi pánico teatral, porque lo amo de verdad.
Chao malvado y cruel Dr. Vicious
Un consejo: hazle caso a Lila, quien ha demostrado estar muy bien parada en el planeta, sin dejar de escribir versos. Lila escribió "quien se va sin que lo echen vuelve sin que lo llamen". También escribió: "El universo está lleno de blogs... y galaxias... y vida eterna..."
Pero dame el teléfono
Ya pues, dame el teléfono, te digo.
Voy a vender números de rifa con el premio mayor.............
para el ganador del primer lugar tatatatan
será:
el teléfono de Mentecato.
Compro todos los números... ahora ya.
Todos los reyes tienen su caballo legendario. Aquí estoy si me necesitan.
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