Por Sofia Meissner
Estudiante norteamericana
Washington University in St Louis
Program in Chile
Estudiante norteamericana
Washington University in St Louis
Program in Chile
Soy Sofia. Estoy perdida (en una manera literal y figurada) sin mi querido perro. Afortunadamente, tengo un plan. Para honrar a la memoria de mi fiel amigo, voy a cumplir con mi deseo fuerte de ir al Everest y voy a levantar una bandera allá con una foto de mi perrito lindo. Pero necesito dinero para este plan… Entonces, voy a regresar a Finlandia para arreglar las “cosas.” Es que desde una edad muy joven, he trabajado por la Mafia de Finlandia.
Nadie está sospechosa de una pobrecita ciega como yo y me he convertido en el cerebro de la organización. He planeado varias operaciones con mucho éxito. De hecho, estoy trabajando en un proyecto ahora que tiene mucho promesa. Si todo sale bien y la persona necesaria encuentra a su fin, voy a tener la plata suficiente para construir a un monumento para mi perro al cumbre de Everest. Espero que mi hermano menor no arruine a mis planes... Pero este también puede ser arreglado. Olvidé algo importante—la madre de mi perro. Ella también me sirvió por muchos años. No puedo olvidar de ella ahora. Entonces debo llevar dos banderas conmigo cuando empiezo a subir a Everest. ¡Pero la plata! Una idea: el jefe de la Mafia de Cabo, donde he residido por muchos años, me debe un favor. Perfecto. Estoy lista…
Nadie está sospechosa de una pobrecita ciega como yo y me he convertido en el cerebro de la organización. He planeado varias operaciones con mucho éxito. De hecho, estoy trabajando en un proyecto ahora que tiene mucho promesa. Si todo sale bien y la persona necesaria encuentra a su fin, voy a tener la plata suficiente para construir a un monumento para mi perro al cumbre de Everest. Espero que mi hermano menor no arruine a mis planes... Pero este también puede ser arreglado. Olvidé algo importante—la madre de mi perro. Ella también me sirvió por muchos años. No puedo olvidar de ella ahora. Entonces debo llevar dos banderas conmigo cuando empiezo a subir a Everest. ¡Pero la plata! Una idea: el jefe de la Mafia de Cabo, donde he residido por muchos años, me debe un favor. Perfecto. Estoy lista…
4 comentarios:
Cualquiera diría que ella es una santa.
Las apariencias son siempre tan engañosas...
y el hermano?
Recuerden que la chica es una mafiosa de tomo y lomo.
Vendió al hermano por cierta información necesaria para sus melévolos planes.
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