viernes, enero 22, 2010

Estoy muerta y soy feliz


A Gregorio Angelcos

Fue en invierno.
Fue tu amor
mi piel desnuda,
un bosque de eucaliptos
el embrujo de las tardes,
el viento, el sol profundo.

Tú leías cuentos en las noches
para mí
yo tejía una bufanda en las mañanas
para ti.

La comida brotaba de tus manos
yo bebía de tus besos
y el mar rugía de tanto invierno
frente a la cabaña y el cobijo.

Allí quedamos vagando
adultos fantasmas
buscando la plenitud
que se escurría
entre las manos polvorientas.

Fuimos los anulares libres
Dos nombres sorprendidos.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Teresita: eres un amor sólido e inolvidable, la vida nos ha brindado una oportunidad para que en medio de la jungla crezcan desde nuestras raices, un amor que nos acompañarà hasta que nos elevemos hacia el cielo, y sobre una nube, descansemos en paz.
Gregorio Angelcos
ELE

mentecato dijo...

¡Qué bello!