viernes, agosto 22, 2008

Carlos y su antigua amante

El cuarteto de Estocolmo

Grupo Taller de Estocolmo Fue un colectivo de escritores chilenos fundado en 1977, en Suecia, por los poetas Sergio Infante, Adrián Santini y Carlos Geywitz

foto:Ramón Maldonado GIF.bilder 15731byte © RM Foto: Ramón Maldonado
Sergio Badilla, Adrián Santini, Sergio Infante, Carlos Geywitz.
Las fotografías pertenecen al ojo mágico de Ramón Maldonado



Teresa
Para mí también es un momento de oscuridad. Fuimos muy amigos en la normalidad y monstruosos en las copas. Siempre terminábamos nuestras juntas espirituosas echándonos puyas lacerantes. Era una forma de comunicarnos en los años mozos, cuando había lugar para meternos de cabeza en el caos y otros laberintos. Me recuerdo de su ratón en la solapa y su risa irónica. Él solía mofarse de mi hipocondría y yo de su apellido alemán que no calzaba con su talante, pequeño y cetrino.


¿Cómo estás "hipocondrio" me preguntaba cuando nos veíamos, aún en las callejuelas de la vieja Holmia y yo le contestaba; necesito un valet con apellido ilustre que me ayude con mis bártulos cuando regrese a Chile.

Se nos ha ido en una puerca soledad aquel que era un poeta sociable. Solo, con un nudo coagulante que se le incrustó en su corazón de niño travieso. Él, que pensaba que la muerte es para los demás, para los que la buscan, no para quienes la desprecian o se la beben con fanfarria en el bar de la esquina, mirándole el trasero respingado a alguna jovenzuela. Su amigo de las viejas aventuras epopéyicas de la represión, Tito Estrella, lo encontró el martes 20, ya rígido, con una tiesura que no era la de el chico Carlos, porque él era movimiento, gesticulaciones y palabras de ingenio.

Hoy, 22 de agosto, habría cumplido 60; puedo imaginarme que Carlos, no quería enfrentarse a la puerta sibilina de la vejez, por eso se quedó en la edad de afuera, en las edad cuando todavía se puede fingir o quizás imaginarse que se es joven. Él se fue así, dejando partir dos días antes de su silencio, a su única hija a Nicaragua. Estaba bien, una pequeña trombosis en una pierna que un poeta andariego es capaz de doblegar. Lo engañó la parca, porque probablemente se hizo pasar por una antigua amante que aún tenía caricias para darle en esa última soledad.

Saludos dolorosos Teresa

Sergio Badilla Castillo

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