sábado, agosto 01, 2009

Ajuste de cuentas

Para ti, mi amor, mi angelito, porque hoy te dije "no sé por qué no puedo escribir nada para ti". Pero pude.
Un hombre y una mujer se han amado en un lugar donde el tiempo se detiene, porque un hombre y una mujer se aman en ese lugar donde el tiempo se detiene.
Los relojes toman distancia en ese pueblo junto al río Maipo cada vez que el hombre y la mujer se miran y ríen y lloran y se abrazan como niños grandes que encontraron un trozo de sol para el futuro que se abre allí donde sólo dominaban los abismos.
Se han quedado ciegos los cerros y el sol derrite la nieve de altas cumbres. Un pueblo entre montañas infinitas nos recibe con las plazas abiertas y las aguas del río que corren azules cantando para nosotros porque empieza la fiesta cada vez que llegamos agradecidos de la vida que nos queda.

5 comentarios:

La muerte está en mi conciencia dijo...

Bovary: el amor trasciende al paisaje, siempre pensé que la naturaleza era de tal embargadura, que el hombre era una anécdota; sin embargo su contorno estimula los afectos que nacieron y crecieron en espacios reducidos, y con el frío de las estrellas que nos abrigaron cada noche que nuestro compromiso nos invadió de emociones y orgasmos múltiples.
Este amor es atemporal y tal vez un poquito fuera de la realidad; pero la realidad no existe, la desdibujó la rutina y las insatisfacciones en que vive el hombre contemporáneo.
Por esta razón saber que dos seres hermosos se aman, es una bendición del cosmos, porque cuando la energía se apodera de ambos,la multitud desaparece y sólo queda la convicción de los sentimientos que provienen de su nobleza y de su compartida gratitud.
Todos los caminos deben conducir hacia una sola verdad, el amor que nació como una circunstacia efímera, y que hoy se convierte en la posibilidad de una felicidad estable y duradera, más allá del tiempo y de los fantasmas que nos asediaron en el pasado.

TORO SALVAJE dijo...

Me gustan los ríos así.
Los torrentes rápidos y el sonido del agua estrellándose contra las piedras.
Me gusta también esa montaña mirando el agua que mana de ella, y me gusta como acaba lo que has escrito hoy.
Agradecidos. Si. Hay que saber mirar la vida.

Un beso.

mentecato dijo...

¡Ay! Este hermoso río de la vida, las orillas donde el almuerzo campestre con viejos amigos retornados del olvido está inundado de alegría alada...

Un abrazo.

lichazul dijo...

hace tanto tiempo que no voy por esos parajes...el río que siempre veo está agotado y sucio como si llevara todas las penas y las miserias , como si la esperanza hace mucho que se ahogó y luz y su fiesta yacen en el limo de esta existencia citadina.

Un abracito de paz
que tengas una semana preciosa:=)

Anónimo dijo...

alegría sentirte viva y feliz, mi dulce niña