¡Ha llegado Ricardo Larraín, cineasta chileno, trayendo de regalo:
un trozo de nuestra vida, bajo dictadura militar, compartida en el Campus Oriente de la Universidad Católica cuando asistíamos a los talleres de poesía, el único espacio de libertad en ese tiempo oscuro. Nuestro taller lo dirigían Roque Esteban Scarpa y Alfonso Calderón, ilustres maestros de las letras y la vida, antes, mucho antes de ser Premios Nacionales de Literatura en Chile!
Reproduzco aquí el prólogo que Ricardo Larraín escribiera para nuestra antología publicada por Editorial Nascimento en 1979, con algunos de nuestros poemas.
Decía el joven Ricardo:
UNO POR UNO
Somos nueve. Quemando una etapa, poniéndonos zapatos, tratando de encajonar la adolescencia y su retórica chascona, dejándonos crecer la barba y las polleras, fundando un club con los compañeros de patio en la Universidad Católica que nos ampara. Viejos ya para los trabajos manuales rotulamos el encuentro con el nombre de taller y somos nueve errores del discurso, quizás.
Qué podemos decir? Qué nos está permitido? Hipotecar la conciencia para obtener la intimidad?
Dolorosamente jóvenes, aveces, devez en cuando, parados en medio de un total día Lunes en la mañana sin mirarnos uno por uno, nueve estacas de la rebeldía tipiando empecinados nuestro derecho a la palabra.
Uno por uno cada uno.
Todo sería tan fácil de no ser como es. Si, por ejemplo, pudiéramos pensar al unísono, redactar manifiestos, construir una plataforma desenterrar juntos una receta de cocina para instalar un restorán criollo que no trabajara a pérdida. Sería magnífico reflotar una nave romántica que no HICIERA AGUA POR TODOS LADOS y llenarla de guirnaldas, aves exóticas, arengas. Sería magnífico.
Sin embargo sólo nos reúne el silencio. Una encogida de hombros antes de la carcajada; antes de entregar las herramientas ponemos por delante un signo de pregunta que no se sabe cuándo será de exclamación. Nos reúne sólo una extrañeza, una extranjería desusada y peligrosa.
Somos nada más y nada menos que el deseo reprimido de la coherencia, herederos de la desconfianza, somos UNO POR UNO, (llenos de faltas de ortografía), un intento subterráneo de fe que entregamos a los más objetivos y peritos.
un trozo de nuestra vida, bajo dictadura militar, compartida en el Campus Oriente de la Universidad Católica cuando asistíamos a los talleres de poesía, el único espacio de libertad en ese tiempo oscuro. Nuestro taller lo dirigían Roque Esteban Scarpa y Alfonso Calderón, ilustres maestros de las letras y la vida, antes, mucho antes de ser Premios Nacionales de Literatura en Chile!
Reproduzco aquí el prólogo que Ricardo Larraín escribiera para nuestra antología publicada por Editorial Nascimento en 1979, con algunos de nuestros poemas.
Decía el joven Ricardo:
UNO POR UNO
Somos nueve. Quemando una etapa, poniéndonos zapatos, tratando de encajonar la adolescencia y su retórica chascona, dejándonos crecer la barba y las polleras, fundando un club con los compañeros de patio en la Universidad Católica que nos ampara. Viejos ya para los trabajos manuales rotulamos el encuentro con el nombre de taller y somos nueve errores del discurso, quizás.
Qué podemos decir? Qué nos está permitido? Hipotecar la conciencia para obtener la intimidad?
Dolorosamente jóvenes, aveces, devez en cuando, parados en medio de un total día Lunes en la mañana sin mirarnos uno por uno, nueve estacas de la rebeldía tipiando empecinados nuestro derecho a la palabra.
Uno por uno cada uno.
Todo sería tan fácil de no ser como es. Si, por ejemplo, pudiéramos pensar al unísono, redactar manifiestos, construir una plataforma desenterrar juntos una receta de cocina para instalar un restorán criollo que no trabajara a pérdida. Sería magnífico reflotar una nave romántica que no HICIERA AGUA POR TODOS LADOS y llenarla de guirnaldas, aves exóticas, arengas. Sería magnífico.
Sin embargo sólo nos reúne el silencio. Una encogida de hombros antes de la carcajada; antes de entregar las herramientas ponemos por delante un signo de pregunta que no se sabe cuándo será de exclamación. Nos reúne sólo una extrañeza, una extranjería desusada y peligrosa.
Somos nada más y nada menos que el deseo reprimido de la coherencia, herederos de la desconfianza, somos UNO POR UNO, (llenos de faltas de ortografía), un intento subterráneo de fe que entregamos a los más objetivos y peritos.
Nueve: UNO POR UNO.
TERESA,
MILI,
ALVARO,
RICARDO,
MARCELO,
CARLOS,
FRANCISCO,
NATASHA Y
ENRIQUE.
MILI,
ALVARO,
RICARDO,
MARCELO,
CARLOS,
FRANCISCO,
NATASHA Y
ENRIQUE.
2 comentarios:
Hermoso encuentro.
quisiera haber estado alli
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