Haría falta
que el tiempo girara de otro modo,
enumerar los días según diversos ritos
y una palabra fecundara estos años circulares.
Haría falta
que enarbolando el enigma de todas las distancias
susurráramos signos que desconozco
y los ojos subterráneos diseñaran caminos
o el silencio se deslizara despacito
por las secretas fisuras de la casa.
Haría falta
que atardeciera el viernes desnudo de presagios
y fuera larga la quietud de los olivos.
Haría falta, en fin,
que con minutos de distintas magnitudes
se modelaran columnas
que sostuvieran el encuentro de este encuentro.
8 comentarios:
cuando se tiene fe, teresa, como la tengo yo, no hace falta nada más: todo sucede
amor, amor, amor
alguien por ahí anda pellizcando la uva.
He recibo un tirón de orejas suyo, querida amiga, por desaparecer de vuestra casa y de otras, de un tiempo a esta parte. La verdad es que leo y admiro permanentemente los sitios vuestro y de Lila, así como el de Fortunata, pero no hallo qué comentar. Parece que se me está agotando la imaginación por excesivo gasto de energía en mis labores extraprogramáticas.
Atte.
Dr. Vicious
buscamos las palabra que fecunde y que rompa la monotonía circular de los días . las buscamos , una y otra vez , en espléndidos poemas como éste.
saludos
Gracias Amor, gracias Dr. Vicious, por sus palabras.
Y a ti, Colombine, mil gracias por haber puesto este poema en el blog del Infante de Mondragòn leyendo con su bella y dulce voz de noble español.
Y tù, Anónimo, ¿algo sabes que yo no sé?
Me gustò caleta el poema, profe...
A mí también,tía.
Saludos. Vuelvo el martes a Santiago.
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