miércoles, abril 18, 2007

GUERRILLA DOMÉSTICA


Comencé perdiendo las batallas.
En consecuencia terminé perdiéndote.

Con un radar de sombras te persigo
entre tanta gente.

Allí estás
parapetado en tu trinchera
con una escolta de odio acumulado
deshilando besos en una sábana inútil.

Sostienes conmigo la lucha más feroz
porque es la última de todas.

Desde ahora seré la guerrillera
la que tome tu boca por asalto,
la que instale su bandera en tu memoria,
la que muera de amor en otros brazos
creyendo que invade
el esquivo territorio de tu cuerpo.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

hay invasiones deseadas, ocasiones esperadas, thérèses llegadas, y
amor, amor, amor,
amor
en ti

Anónimo dijo...

Ohhhhhhhhhh!!!

Anónimo dijo...

Pero qué bella es usted!!

Anónimo dijo...

Doctora, con esa fotografía que usted ha puesto nos están pidiendo hora hasta de provincias.

Anónimo dijo...

Le voy a dejar los recados más urgentes clavados en la puerta de la consulta con unos alfileres de perla. No los bote porque son de mi costurero de raso.
Yo voy a comprar café y vuelvo.

Anónimo dijo...

Un poema agresivo, lleno de pica y pasión. Me gustó mucho.

Anónimo dijo...

¿qué le pasó a la doctora ? ¿ se tiró al monte ? ¿ se hizo guerrillera ? ¿ acabó no más de poetisa? ¿qué será de nosotros? eloiiiiiiiiiiise

Anónimo dijo...

Queridos pacientes, mantengan la calma, aqui estoy yo para atenderlos a todos mientras la doctora abandona la guerrilla.

mentecato dijo...

Pulchra poeta poetarum (hermosa poeta de poetas).

Anónimo dijo...

Calma, calma, calma, por favor... amigos queridos y pacientes todos.
Por ahora estoy en la guerrilla urbana, en estado de alerta contra las emociones que me desbordan.

Me he visto en la obligación de tomar las armas, que en mi caso son las palabras, y desde el monte del olvido o de los olivos, descargo mi artillería pesada contra malditos, traidores y desalmados; esos que se toman el corazón de las incautas y se solazan haciéndolo pedazos frente a los propios ojos de la víctima.

¡Esta es mi lucha!

Ya volveré, mis queridos pacientes. Tendrán que comprender que aunque yo sea una doctora de almas y mentes con master en varias especialidades, igual soy una mujer, al fin y al cabo, que sufre, que llora lárgimas negras de traición.

Espero encontrarme pronto con Salicio y Nemoroso juntamente para llorar juntos nuestras cuitas.
¡A ver si Galatea se conmueve con mi llanto!

¡Oh más dura que mármol a mis quejas
y al enecendido fuego en que quemo
más helada que nieve, Galatea!

Anónimo dijo...

Os colmaría la piel a besos, doncella de mis sueños...