Dónde estás, Teresa?
Qué fue del pozo profundo,
del humedal infinito
que clavaste en mi alma,
en los bordes de mi presencia?
Dónde está tu mano graciosa,
tu cuño de acero,
el mármol que fue rindiendo
su espesura a tu sangre
al grito boreal
que tramaron tus dedos?
Este poema me lo envió un gran amigo y poeta a quien conozco de los años 90. Te agradezco, querido amigo que mi dolor te duela... Los amigos son para siempre.
2 comentarios:
Estoy en lo más profundo del abismo y necesito todas las manos para salir...
abre las manos, abre los ojos, siente ya el viento
Publicar un comentario