domingo, diciembre 26, 2010

Una vieja estación de la memoria

A mi padre bienamado que me mira desde todas las fotografías
y desde cada palabra de sus libros.
Feliz Navidad en el cielo de los papás-poetas,
papá, papito, papurri.
                           Papá conmigo en La Serena, 1957

Algún día, hijita, tomaremos un tren en la puerta de la casa para ir a la Quinta Normal, —me dijo papá Alfonso, sonriendo estilo Alan Ladd— y continuó:
    —Cuando yo llegué a estudiar al Pedagógico, venía siempre a este lugar porque estaba cerca de la pensión para estudiantes de provincias y me recordaba el sur con tantos árboles y una laguna parecida a esta, dijo tomándome en brazos.
    Esa tarde, sus poderes de superhéroe batían el agua con los remos que se enredaban en el agua espesa como el chocolate de los cumpleaños en la infancia de La Serena.
    Hoy tomé el metro en la puerta de la casa de Santiago.
    Va rápido, casi vuela, el pelo se me enreda hacia atrás.
    —Estación Quinta Normal —anuncian— y para no perderlo ni perderme, me bajo fuertemente atada a la mano de mi padre, hace 47 años.

Mi hermana Lila y yo en el bar de nuestra casa de La Serena en Larraín Alcalde 1187